jueves, 7 de mayo de 2009

El punto de partida


Como suaves pétalos de rosa fue esa piel,

Incrementando el vapor en la cama del hotel,

Asilé el toque que se convirtió frenesí,

En un ave fénix me sentí y me convertí.

Las pizcas caían en esa piel blanca,

Mis dedos ajaban aquella espalda ancha,

Flagelando su furor desesperado por mi expulsión,

Denotando su resuello suave sobre mi fijación.


Partituras fueron sus labios, fue melodía fue mi musa,

Tocando cada nota, y aquél movimiento que me endulza,

En el punto de partida inspiré mis pensamientos,

Para consumar con mí fuerza su desenfrenamiento.